Existe un profundo temor de que el uso intensivo de la inteligencia artificial se combine con la estandarización del producto cultural, que la máquina diga que piensa en lo que quiere el público y que no sea ingeniosa. Pero ahora los creadores humanos se repiten con fórmulas gaseosas a lo largo de la relación. Los cines se llenan de secuelas y entregas de sagas ya exprimidas antes. Y con recursos tecnológicos en la lcanza de cualquier cosa, no distinguimos qué es animación y qué es acción real, qué personajes responden al talento de los actores y cuáles diseñadores e ingenieros.
Italiano: https://www.youtube.com/watch?v=YXtWPVFk5TQ
Algunos ejemplos: las películas de el avatar (el tercero sigue de camino) ¿Están animados? Lo que vemos en la mayoría de las imágenes son unos humanoides azules extraordinarios representados en paisajes idílicos pero claramente artificiales de bosque y mar. Hay un producto claro en su estética, pero nada realista. No es animación, dice el director James Cameron; simplemente confirma que no estás interesado en esto. El reivindica a los actores que han hecho sus papeles en un estudio aunque nada de su físico real, sólo algunos de sus gestos y movimientos, se parece a lo que vemos en pantalla.
¿Qué es? Mufasa: El Rey León, la precuela del clásico de Disney que terminará en esto ¿verdad? Así lo llaman en ingles. rehacer la acción en vivo, una especie de realidad virtual hiperrealista de la que ahora abusa la marca de la rata Mickey Mouse sin poder repetir la magia que tiene. Esta es la acción real de una saga, para la que es más imprescindible, como ¿Godzilla y Kong? Es curioso: los protagonistas son dos monstruos gigantescos recreados digitalmente, como la mayoría de ellos.
Los efectos visuales más avanzados empiezan a sorprender cuando se vuelven rutinarios. Por eso tiene el mérito de seguir teniendo alegría artesanal. Si te encuentras con uno con sueños de robots, la película de animación de Pablo Berger que tuvo que competir hasta la final en los Oscar del mes de marzo y que ahora ofrece Movistar+. Le encanta el mimo que se hacía en animación 2D toda su vida. Tenemos unos personajes fascinantes y simplificados, como Tebeo (basado en un cómic de Sara Varon), y unos escenarios, los de la decadente Nueva York de los primeros tiempos, originalmente dibujados, como Hergé, el autor de Tintín, en lo que llamé la línea clara.
¿Qué lo hace diferente? Sueños robóticos no es sólo su belleza visual: es una guía que destaca por su naturaleza y su poesía, que habla de amistad y separación, de soledad en la gran ciudad, de la fragilidad de las relaciones humanas, aunque aquí todos los vecinos de la misma Inicio La Gran Manzana está formada por animales antropomorfos, salvo un robot como protagonista. Y para grabar esta película no hacen falta palabras (no hemos escuchado ninguna otra como las letras de las canciones de su excelente banda) ni siquiera fanfarrias digitales. La historia penetra en el espectador, transmitiéndole emociones que las máquinas aún no percibían. Cuando ya no sea posible distinguir la animación de acción real, porque casi nada será real en el cine, grabaremos Sueños robóticos.
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