Von der Leyen reprocha a Orbán su postura sobre Ucrania: “Paz no es sinónimo de rendición” | Internacional

Von der Leyen reprocha a Orbán su postura sobre Ucrania: “Paz no es sinónimo de rendición” | Internacional
Viktor Orbán observa a Ursula Von der Leyen en su respuesta, este miércoles en Estrasburgo (Francia).Yves Herman (REUTERS)

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, se reunió con ellos el miércoles para hablar de su numerosa familia europea. Comparación ante el Parlamento Europeo para fijar las prioridades de su presidencia del Consejo de la UE, pero provocó que la presidenta del Gobierno comunitario, Ursula von der Leyen, reprendiera por primera vez su posición ambigua respecto a la invasión y defensa rusa de Ucrania: “Los europeos no tenemos una lengua europea, pero en ninguna lengua europea la paz es sinónimo de retorno”, respondió alguien que inició su presidencia rotatoria con viajes a Moscú, Beijing y Mar-a-Lago, en Florida (Estados Unidos). Estados Unidos), donde vive el candidato republicano, Donald Trump, también cercano al autócrata ruso Vladímir Putin en una autodenominada “misión de paz”.

La sesión la abrió el ultraconservador Orbán, actor desprendido de la pujante extrema derecha del Viejo Continente, con un discurso de perfil bajo en el que tocó la rama de los temas habituales con el que suele intentar llevar — in gérico—contra “los burócratas” de Bruselas”. Tuvo una gran ausencia en su discurso: Ucrania. Algo, como confesó en las respuestas, hizo la propuesta para evitar que la discrepancia fuera visible. A cambio, se retiró de sus recurrentes ataques a las políticas de descarbonización impulsadas por la Comisión Europea, porque «hacen perder» [puestos de] Trabajar».

Orbán también defendió la dependencia del gas usado: “Debemos ignorar a la UE”, dijo en Estrasburgo. Un mensaje que choca frontalmente con el que emana de muchas capitales. Y si se refirió, con asimismo, a la «crisis migratoria», acusando a los inmigrantes de aumentar «el antisemitismo, la violencia contra las mujeres y la homofobia». Paradójicamente, Hungría tiene miles de millones de euros bloqueados por la Comisión Europea para estimular la política homofóbica. Ya en la ronda de réplicas, el propio Orbán tuvo más que decir que la constitución de su país es estable y que, en las familias, «el padre es el hombre y la madre es la mujer». Aislando, así, al resto.

El debate inmediatamente cobró fuerza en las respuestas. En la de Von der Leyen notó sus ganas de entrar al cuerpo al cuerpo. “Todavía hay quien cupa de esta guerre no al invader, sin al invadido”, se expresó en referencia crítica a Orbán —y con su grupo político, Patriotas de Europa, terceros ya en la Eurocámara y que buscan a Putin—. La pregunta del Ejecutivo comunitario no quedó aquí: “Me pregunto si ¿alguien culparía a los húngaros de la invasión soviética de 1956? ¿O a los checos y eslovacos de la represión soviética de 1968? “¿O a los lituanos a causa de la represión soviética de 1991?”, preguntó retóricamente, golpeando al húngaro en la costa más histórica y emotiva de su país. “El pueblo de Ucrania es un luchador por la libertad, al igual que los héroes que liberaron a Europa Central y del Este del dominio soviético”.

Críticas al Partido Popular y a los socialdemócratas

Von der Leyen también tuvo muchas resistencias con Orbán en su alusión a la competitividad y el presente informar a Draghi. Un pasaje de su discurso en el que le reprocha, ante el camino de una mayor integración del mercado único, “un gobierno [el húngaro] va en dirección contraria”. Renglón registró entonces el expediente recientemente abierto por Bruselas para discriminar con impuestos a las empresas del resto de la UE dedicadas al comercio de menores frente a las húngaras. Al final, la política alemana se encargó de desmontar el vínculo entre migración e inseguridad que abraza a los ultraconservadores, criticando que su Gobierno haya dejado libre tráfico de personas en el último año y la concesión de visados ​​a ciudades rusas y bielorrusas.

La creencia generalizada de que Orbán se reunió en Estrasburgo —aun con las muy contundentes intervenciones de los líderes del Partido Popular Europeo, Manfred Weber, y de la socialdemócrata, Iratxe García Pérez— la animó a subir el tono en su respuesta. En el caso de Von der Leyen, evitando argumentos legales y políticos. «No, la audiencia en la Presidencia de la Comisión decidió lo que dijo hoy… Si supone que se trata de un organismo independiente, su tarea es separarse de los debates políticos», reprochó el líder húngaro. En Ucrania llamó directamente a cambiar el estruendo: “Hay muchos errores de cálculo; quieres eso [Kiev] Gane, hay que changer de estrategia”.

‘Bella Ciao’, la respuesta de La Izquierda

Había expectación en la cámara. Sus posiciones se han fortalecido más de una vez en la Eurocámara, y tanto sus repetidos ataques al Estado de derecha como su parsimonia contra la corrupción —ausentes en el discurso del ultra este miércoles— les han llevado a promover sanciones contra el Estado húngaro. Este Parlamento Europeo, dinamizado por las elecciones del pasado mes de junio, es diferente de lo que promovían estas declaraciones, que vinculaban a Hungría como una «autocracia electoral»: el peso de los ultras ha aumentado considerablemente.

Cuando terminó el discurso de Orbán, los eurodiputados de La Izquierda corearon el Hola, hermosohistoria histórica de la resistencia antifascista en Italia, socavando los aplausos de sus partidarios. Una forma de mostrar tu opinión sobre lo que representa el magiar en una Europa que se resiste a sus favores.