‘Un escándalo muy real’, soberbia y tortura de la monarquía británica | Televisión

Si es claro contemplar los tres capítulos del libro Un escándalo muy real es la condición de los parásitos de las familias reales, en este caso la inglesa. Una miniserie centrada en la figura del Príncipe Andrés y su relación con las mujeres, o una discusión de otro modo: la falta de empatía con un estúpido y su incapacidad para entender el mundo. Los monarcas no tardan en comprometerse a favor de la institución que garantiza la estabilidad del régimen, se refieren a las monarquías parlamentarias, claro, pero es evidente que la mayor garantía de la democracia es la educación de la ciudad y de unos políticos honestos. opuesto a cualquier demagogia. Las columnas y los cuadros giratorios indican que el supuesto está completo.

La serie Max está protagonizada por los excelentes Ruth Wilson y Michael Seen, asesinados por un departamento sólido, una dirección efectiva de Julian Jarrod y una notable guía de Jeremy Brock basada en el libro de la periodista de la BBC Emily Maitlis. Ella es la presentadora principal de los programas de noticias y actualidad de BBC Two. noche de noticias y responsable de la entrevista al príncipe en 2019 en la que ahondó en el escándalo del personaje por haber tenido contacto con la menor Virginia Giuffre, una de las víctimas del delincuente sexual Jeffrey Epstein. El programa supone la expulsión de los documentos oficiales del mencionado Andrés por la desastrosa imagen que había planeado del sí mismo, aunque no renunció a ningún privilegio parasitario.

Y antes de continuar conviene dejar constancia de la definición de parásito que ofrece la RAE: “Digo que un organismo animal o vegetal vive en la costa de otra especie distinta, alimentándose de ella y depauperándola sin matarla”. Sólo es posible conocer las suposiciones oficiales de los monarcas en relación con el salario medio de los ciudadanos para comprobar la justicia del cálculo. Dinero público, soberbia y tortura privada. Todavía es fácil encontrar imágenes de un Carlos III iraquí del Reino Unido pidiendo a su ayudante que cogiera un trozo de la mesa para firmar uno de los documentos o, como muestra la serie, de un Andrés mientras cogía los cordones. de sus zapatos o de esta Otra maravilla de la realidad británica es el príncipe Harry, ahora despojado de su título, cuando decidió deshonrarse como nazi oficial en una fiesta en 2005.