Teresa Ribera, vicepresidenta de la Comisión Europea | Internacional

Teresa Ribera, vicepresidenta de la Comisión Europea | Internacional

Luz verde para desbloquear la nueva Comisión Europea, según diversas fuentes parlamentarias. El Partido Popular Europeo (PPE) ha compartido este milagro, pesando sobre la oposición y las manipulaciones del PP de Alberto Núñez Feijóo, también sobre la española Teresa Ribera numero dos con el peso del vicepresidente de Transición Justa, Limpia y Competitiva y cargado con la poderosa carta de competencias europea. Los socialdemócratas también cedieron y aceptaron al candidato a comisario de la ultraderechista italiana Giorgia Meloni, Raffaele Fitto, designado por la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, vicepresidenta de Cohesión y Reformas. El respaldo de Fitto, que durante semanas fue una línea roja para el grupo socialdemócrata S&D en el Parlamento Europeo, tuvo el precio de cancelar el número de Ribera.

«Lo más importante es que la Comisión Europea entre en funcionamiento el 1 de diciembre», afirmó el presidente del PPE, Manfred Weber, trascendiendo el pensamiento compartido entre los jefes de su familia política con socialdemócratas y liberales. “Europa necesita estabilidad. Como grupo del PPE, recurrimos a la propuesta de Ursula von der Leyen desde el primer momento, porque creemos que es un compromiso, una propuesta para la futura Comisión que unifica Europa, que quiere unir Europa», afirmó el conservador, que mantuvo bloqueado al Ejecutivo comunitario durante una semana.

El comisario húngaro, Olivér Várhelyi, aliado del primer ministro nacional-populista Viktor Orbán, también entra en el paquete de seis vicepresidentes comunitarios (tanto el español como el italiano) que han contratado el PPE, socialdemócratas y liberales. Las comisiones de la Eurocámara han conseguido esta mañana pasar la noche, aunque los grupos políticos han incluido varias salvaguardias en un anexo que no vincula al papel de luz verde que se enviará a Von der Leyen. En el caso de Ribera, el PPE demostró que tendría que abandonar su puesto si se le interpusiera un proceso judicial por gestión de dinero en España. En el caso de Fitto, socialdemócratas y liberales demuestran su inconformismo con el rango de vicepresidente, según fuentes parlamentarias. El siguiente paso para que la nueva Comisión comience a funcionar el 1 de diciembre es que los eurodiputados voten en la reunión de la junta de comisarios del equipo de Von der Leyen en una reunión plenaria en Estrasburgo prevista para dentro de seis días.

Polarización y películas.

Lo sucedido esta semana, con enorme polarización entre los grupos y la duradera concurrencia de los candidatos a vicepresidentes comunitarios que se encargan de evaluar las comisiones que tratan los temas que manejan en sus estatutos, es sólo un respaldo de la legislatura que ha comenzó ahora. Si tenemos un período, además, en la forma en que la Comisión Europea se ha visto mucho más inestable y en todo lo que apunta a lo que cada vez será más frecuente que la atroz discusión política nacional en la Eurocámara. Así vivió el caso de Teresa Ribera. El PP español de Feijóo aprovechó este caso para abordar durante la jornada los problemas de gestión del Gobierno regional de la Comunidad Valenciana (en manos de un popular), según las críticas de los socialistas españoles.

El PPE, con 189 eurodiputados, el grupo más poderoso en las elecciones eurocámara de junio, dando más peso a los conservadores y a los ultraizquierdistas, ha aplazado así una semana la votación de Ribera (y Fitto) prevista para el pasado martes, después de audiencias parlamentarias designadas como vicepresidentes. También consiguieron que los grupos europeos -que exigen mantener el cordón sanitario contra la ultraderecha- se hagan cargo del candidato de Meloni y compartan la carga de avalar con Orbán, el socio registrador de la UE.

Mientras los socialistas y liberales aceptaron, los conservadores aceptaron la nueva numero dos El presidente de la Comisión, Ribera, pensó que se habían opuesto y parecía tener serias dudas sobre la candidatura del español, al que llamaban el gran contrapeso socialdemócrata en una ejecutiva comunitaria muy desrechizada. Weber ha terminado de desautorizar a Feijóo. Los conservadores señalaron que la vicepresidenta española concluyó su discurso en el Congreso de los Representantes en Madrid hablando de la dana, pero acabó moderando su tono.

«El mundo entero debe respetar el código de conducta de la Comisión Europea», afirmó el presidente del PPE, sobre este documento, que firman todos los comisarios y recuerda que dejarán su carga si el presidente así lo solicita. “Si alguien no puede actuar de acuerdo con sus responsabilidades y deberes, entonces tener que dimitir. Esto también vale para Teresa Ribera”, añadió Weber.

Malestar en el PP español

El PP de Feijóo, que intentó dinamitar su número y pretendió implicarla en la gestión de los datos que aislaban a la Comunidad Valenciana, pidió vetarla, directamente, y el presidente español, Pedro Sánchez, envió a otro candidato o candidata. A los populares españoles, que han adoptado un tono duro con Ribera y la han dejado pasar, ahora les encantará votar en contra (o abstenerse) en la votación plena de toda la Comisión, incluso si su familia política lo apoya. Es una paradoja: el Ejecutivo comunitario que hay que poner en marcha es el que tendrá más comisarios del PP de la historia. Pero los populares españoles no están contentos, según fuentes parlamentarias.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, está presente en el Congreso.Jaime Villanueva

El amor definitivo -que bloqueó a un total de seis vicepresidentes y un comisario a los que se sumaron los otros 19 años que ya habían recibido el apoyo de las comisiones parlamentarias hace dos semanas- se reunió con estas miles de personas, poco después del enfrentamiento de Teresa Ribera. en el Congreso para explicar, a petición propia, la gestión de la dana. Esta comparecencia en las Cortes españolas se ha establecido como condición fundamental para los Populares. Weber dio así a Feijoo una semana para capitalizar los ataques de Ribera y negociar para tocar la gestión regional de Dana, el momento en que sumergió los ataques contra Sánchez, el único socialdemócrata de un país grande que forma parte del Consejo Europeo y con el que el presidente del PPE mantiene una postura polémica.

El bávaro también evitó así una señal a la Comisión Europea y a Leyen de que la misma y la Eurocámara ciertamente tienen el poder de bloquear la formación del nuevo Ejecutivo comunitario —aunque sea por tiempo limitado—.

Los socialdemócratas de Iratxe García recuerdan que el desbloqueo de toda la Comisión era una prioridad, en un momento geopolítico global de extrema tensión por la guerra de Rusia contra Ucrania y la perspectiva de una toma organizativa de Estados Unidos hacia la UE con legado de Donald Trump en la Casa Blanca. Von der Leyen quiere que la nueva Comisión dé su contribución el 1 de diciembre.

Los socialdemócratas italianos se han visto obligados a conformarse desde hace unos días. Incluidas voces de peso como la de Romano Prodi, uno de los padres del Partido Demócrata, ex primer ministro italiano y ex presidente de la Comisión Europea, necesitaba urgentemente eliminar los vetos cruzados desde que los grupos políticos de la Eurocámara se expresaron tanto en el Fitto italiano y en Ribera.

Acuerdo de colaboración

Socialistas, liberales y populares también han firmado una declaración escrita de colaboración que indicará las líneas generales de cooperación durante la actual legislatura. Algo que para socialdemócratas y liberales es una contrapartida imprescindible e indispensable al cambio de valor de Fitto ya Várhelyi. “Hemos decidido trabajar juntos para fortalecer la Unión Europea”, dice el texto que llevó a EL PAÍS, y que se acerca mucho a los planes que tiene Marcó Von der Leyen para la legislatura que comienza.

El documento no es excesivamente detallado y se basa en nuevas directrices, que parten de la colaboración para fortalecer el derecho de voto y la democracia para estimular una política migratoria «efectiva» y avanzar en seguridad y defensa. Sin embargo, no incluye nada que se haya comido las manos a los partidos firmantes para colaborar en alianzas con otros grupos, condición imprescindible para el PPE, el grupo más poderoso por número de eurodiputados en la Eurocámara, que no quiere renunciar a la geometría variable y buscar el poder optar por un acuerdo a ambos lados del hemiciclo, por ejemplo con los ultraconservadores Reformistas y Conservadores Europeos (ECR), grupo en el que están los Hermanos de Italia, de Meloni y Grueso, con el que ya colaboró.

El Partido Popular no pidió una declaración escrita, pero tenía la intención de redactarla en julio para confiar al alcalde que había elegido a Leyen para la segunda legislatura, pero no porque contuviera elementos de cooperación política como la migración, que los conservadores encontraron. . Ahora, el partido de Weber y el texto como forma de recuperar la confianza, afirman fuentes de la formación.