Mi padre luchó contra la particular soledad sin ganas —las manos que fueron escuchadas en sus batallas una y otra vez— por ir al bar. Cada mañana se unía a otros jubilosos y resolvía el mundo, haciendo fácil lo difícil. Siempre sabiendo qué hacer, conscientes de que no tienen poder ni posibilidad de meter la mano salvo en el café y los churros. El término, así lo llamó, dándole el aire intelectual y literario que a esos otros lugares no les importaba.
Algo así hicieron estos jóvenes Felipe González y Alfonso Guerra en la entrevista que les realizó Susanna Griso a Espejo público. El pergamino ya era una declaración de intenciones: “Primera entrevista conjunta al tándem político de peso”. Esto determina la referencia a ellos, «el tándem», y la imposibilidad de tener otros.
González y Guerra, una doble G mucho más importante que el logo de Gucci, están bien pagados. Tienes mucho que decir. Todas las cosas importantes, todas las cosas ciertas. El creador deja el panel y a sus amigos, uno en Sevilla y otro en San Sebastián de los Reyes, pero esto, más que un contenido, es una declaración de amor. Ojalá sus parejas los miren como González a Guerra. Quizás sea una comunión en lo que piensas. No le gusta Pedro Sánchez y muchas de las decisiones que ha tomado el Gobierno. Porque si alguno de nosotros aún no ha entrado.
Guerra, que alguna vez definió a Julia Otero como “sensible, incluso misógina”, responde a todas sus respuestas con un “bueno, a ver”, como si fuera una editora de texto frustrada. Aunque siempre será mejor, no estarás segura de haber estado demasiado al pelaje, como alguna vez apuntó a Yolanda Díaz.
“Les dije que aquí he dado un golpe de Estado”, dice uno. “Yo proporcioné las primeras informaciones sobre la revolución tecnológica y la globalización”, explica el otro. Fue poco más de una hora en la que trataron temas importantes, como las finanzas, la vida y la inmigración. Sabía qué hacer y, sobre todo, creo que el hisopado es muy complicado. A las 10.39 Guerra mira su reloj, muestra claramente que se le acaba el tiempo. Griso te pide los audios del rey. Sí, están ahí. “Ya hay programas dedicados a salvar el mundo. No creo que sea realmente un programa como este”, dice Guerra. “No es nada grave”, dice González, no se trata de alimentar la “cismografía”. González. Guerra. Gruñones.